viernes, 5 de diciembre de 2014

Adviento 14



ADVIENTO, en éste nuevo tiempo litúrgico nos puede animar el siguiente texto.
Nuestro mayor miedo no es que no encajemos. Nuestro mayor miedo es que tenemos una fuerza desmesurada. Es nuestra luz y no nuestra oscuridad lo que más nos asusta. Empequeñecerse no ayuda al mundo. No hay nada inteligente en encogerse para que otros no se sientan inseguros a tu alrededor. Todos deberíamos brillar como hacen los niños. No es cosa de unos pocos sino de todos. Y al dejar brillar nuestra propia luz inconscientemente damos permiso a otros para hacer lo mismo. Al liberarnos de nuestro propio miedo nuestra presencia libera automáticamente a otros…

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