martes, 17 de noviembre de 2015

AQUÍ ESTOY, SEÑOR, ¡TÚ SABES CÓMO!



Aquí estoy, Señor,
en el umbral de tu tiempo,
entre estremecida, asustada, aturdida,
expectante ... enamorada,
percibiendo cómo avivas en mi pobre corazón
los rescoldos del deseo de otros tiempos.

Aquí estoy, Señor,
en el umbral de tu tiempo,
sintiendo cómo despiertas, con un toque de nostalgia,
mi esperanza que se despereza y abre los ojos,
entre asustada y confiada,
deslumbrada por el agradecimiento.

Aquí estoy, Señor,
en el umbral de tu tiempo y casa.
¡No te canses de llamar, Señor!
¡No te canses de llegar!
¡No te canses de venir, Señor!
Yo continuaré aquí confiado en tu Palabra.

Escrito por  Florentino Ulibarri

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