«Id al mundo entero y proclamad
el Evangelio a toda la creación». El Evangelio no ha de quedar en el interior
del pequeño grupo de sus discípulos. Han de salir y desplazarse para alcanzar
al «mundo entero» y llevar la Buena Noticia a todas las gentes, a «toda la
creación».
Lo primero es vivir desde la confianza absoluta en la acción de Dios.
Nos lo ha enseñado Jesús. Dios sigue trabajando con amor infinito el corazón y
la conciencia de todos sus hijos e hijas, aunque nosotros los consideremos
«ovejas perdidas». Dios no está bloqueado por ninguna crisis.
Pero todo esto no nos dispensa de nuestra responsabilidad. Hemos de
empezar a hacernos nuevas preguntas: ¿Por qué caminos anda buscando Dios a los
hombres y mujeres de la cultura moderna? ¿Cómo quiere hacer presente al hombre
y a la mujer de nuestros días la Buena Noticia de Jesús?
Hemos de preguntarnos todavía algo más: ¿Qué llamadas nos está
haciendo Dios para transformar nuestra forma tradicional de pensar, expresar,
celebrar y encarnar la fe cristiana de manera que propiciemos la acción de Dios
en el interior de la cultura moderna? ¿No corremos el riesgo de convertirnos,
con nuestra inercia e inmovilismo, en freno y obstáculo cultural para que el
Evangelio se encarne en la sociedad contemporánea?
Nadie sabe cómo será la fe cristiana en el mundo nuevo que está
emergiendo, pero, difícilmente será «clonación» del pasado. El Evangelio tiene
fuerza para inaugurar un cristianismo nuevo.
José Antonio Pagola
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