DOMINGO 1 DE MAYO
Hoy celebramos el día
“comercial” de “la madre”, también pudo ser
de la que nos cuida sin ser madre, de quien vela por nosotros, pero
también queremos tener un recuerdo ante tantas otras “madres”, las que pasan
desapercibidas, recogemos este artículo aparecido en Eclesalia
Con el corazón puesto en la
mía, me atrevo a pensar en las otras madres, en las que viven en el silencio
del abandono, en las que oscurecen - por falta de luz - despacio, al ritmo
imparable de la vejez, en las que no tendrán hoy, un beso, una flor, una
sonrisa, el consuelo de un regazo. No, hoy no voy a hablar de amor, ni de la
casa, ni de la voz. No voy a hablar de la comida en el restaurante, ni del
regalo que se compra porque es día de dar regalos.
Hoy, es de las otras madres que hablo: de las que esperan la visita,
de las que miran para el teléfono esperando que el deseo (apenas la fuerza del
deseo) le haga sonar, las que callan los gritos dentro de la soledad, las que
anochecen solas. Es de ella que quiero hablar. De las madres, besos de Dios,
que los hombres olvidaron en la prisa de vivir otras cosas. De esas noches de
luna que las nubes esconden, porque pesan demasiado en la noche de los días.
Es por ellas que pido. Y por las otras, que ya no ponen la mesa para
cenar, las que nos preparan la ropa de los hijos, porque ya no esperan a nadie.
Pido hoy, por los hijos que ya no tienen madres esperándoles, o por los que les
esperan en otros lugares. Y por las madres que ya no tienen a quien proteger:
-¡Ten cuidado!, ¡no vuelvas tarde ! Pido por las (otras) madres. Con
el corazón puesto en la mía. Pido a la Virgen-Madre, en este mes de mayo, que
mire por ellas. Por la mía también. (Revista Alandar)
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